El Vial de Jove: un problema sin solución

 

Juan B. García Gutiérrez 06/12/2025

La contaminación medioambiental es uno de los asuntos que más preocupan a los habitantes de las urbes modernas. Según un informe emitido en 2024 por la OMS sobre la calidad del aire ocho zonas en Asturias duplican los estándares recomendados.  Dentro de ellas la zona oeste de Gijón, en la que se incluyen los barrios El Natahoyo y La Calzada, es una de las que alcanza los mayores niveles de polución.

 En el mes de abril de este año, el presidente de la Asociación de vecinos de La Calzada en declaraciones al diario regional La Nueva España aseveraba con rotundidad:  "La contaminación es el gran hándicap del barrio. Problemas como el continuo tráfico de camiones que entran y salen del puerto de El Musel o la actividad de la fábrica de Arcelor no solo afectan a La Calzada sino a toda la zona oeste que desde hace tiempo reivindica una solución para luchar contra la polución”

El Vial de Jove fue un proyecto de carretera para el oeste de la ciudad de Gijón. En 1986 apareció en el PGO el primer trazado en forma de autovía. No sería hasta febrero de 1996 cuando se aprobó la construcción de esta autovía, conocida como "ronda oeste" (en referencia a la "ronda sur", actual A-8).

La infraestructura causó un fuerte rechazo vecinal por su gran impacto ambiental. La Unión Europea la valoró negativamente y se suspendió el proyecto. En aquella época un potente movimiento vecinal logró que las autoridades dieran el visto bueno a la propuesta de soterrar el acceso por Jove. En diciembre de 2017 se adjudicó una revisión y actualización del proyecto. En julio de 2021 la Dirección General de Carreteras aprobó el proyecto constructivo del Vial de Jove, aunque no se licitaría hasta 2023.

El 9 de mayo de 2023, en la precampaña electoral de las elecciones autonómicas y municipales de ese año, el Consejo de Ministros del Segundo Gobierno Sánchez aprobó sacar a licitación la construcción del Vial de Jove. Dada la cuantía económica que suponía: 285,6 millones de euros, la licitación tuvo que ser aprobada por el Consejo de Ministros. Se trataba de la licitación en infraestructuras de carreteras más grande desde 2008, y la segunda más cara por detrás del Puente de la Bahía de Cádiz.

En 2024 el proyecto de soterramiento comenzó a perder fuerza. A comienzos de ese año, la adjudicación sufrió un retraso. En marzo de 2024, aludiendo a problemas de índole técnica: el túnel previsto afectaría estructuralmente a los edificios de viviendas de El Lauredal, el Ministerio comunicó que había decidido suspender la licitación.

Como sustitución al túnel, el Ministerio propuso un vial con el mismo trazado, pero en superficie y con cuatro carriles en vez de los dos del anterior proyecto. Era un proyecto similar al aprobado en 1996 y reducía significativamente el coste de la actuación. El movimiento vecinal se opuso radicalmente al vial en superficie, recibiendo apoyo del Ayuntamiento de Gijón y de la Junta General.

En octubre de 2024 se inicia el descarte definitivo y abandono del proyecto.  Para justificar su decisión, el Ministerio de Transportes argumentó que no existía consenso para construir la estructura, ni subterránea ni en superficie, optando por la suspensión del mismo. Como alternativa se propuso construir un vial por el valle de Aboño. Si bien dicha propuesta fue apoyada por Adrián Barbón, Izquierda Unida, su socio de gobierno, pronto manifestó que la propuesta lanzada por el Presidente para desviar los tráficos del puerto de El Musel a través de Aboño, era una propuesta unilateral del ala socialista del Ejecutivo autonómico que no había sido consultada con sus socios.

Al mismo tiempo, Izquierda Unida mostraba su respaldo al alcalde de Carreño, Ángel García Vega, exigiendo la apertura de negociaciones para abordar un proyecto que afectaba a su municipio.

Desde entonces, los vecinos de La Calzada siguen viendo pasar decenas y decenas de camiones por la avenida Príncipe de Asturias. Un reciente informe elaborado por el área de Tráfico del Ayuntamiento de Gijón fija en 1.360 los vehículos pesados que transitan cada día por esta avenida de camino o de vuelta al puerto de El Musel. Desde la asociación de vecinos Alfonso Camín se seguirán convocando concentraciones todos los miércoles, repartiendo pegatinas, recogiendo firmas y colgando trapos naranjas en los balcones. Los habitantes del barrio se han cansado de promesas y urgen soluciones.

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